La historia de la utilización de las velas tiene su
antecedente en la adoración que el hombre primitivo tuvo por el fuego, de
hecho, una de las primeras preocupaciones del hombre fue alumbrarse en la
oscuridad. El fuego le permitía iluminarse, ahuyentar la humedad, el frío y lo
protegía de los animales y las heladas.
La palabra vela procede del latín “candere” que significa
“brillar”. Se les adjudica a los egipcios el uso de cera de abejas, alrededor del 3.000 a.C, de
hecho, velas muy parecidas a las que tenemos hoy en día, fueron encontradas en
las tumbas de los faraones.
Los romanos acogieron y optimizaron los métodos de
elaboración de velas, incorporando una mecha de fibra de tejido y las
utilizaron para iluminar sus casas y lugares de culto.
Las velas emiten mensajes de calidez, pasión,
espiritualidad, sueños y claridad. Son el instrumento de comunicación con el
Universo.
Se encienden para iluminar la oscuridad, guiar a
los muertos, iluminar a los vivos, practicar rituales, como agradecimiento,
etc.
Es muy recomendable encender una vela diaria, es un método
para sincronizarnos con la energía astral, y mirar su llama promueve la
serenidad y armonía interior. Los rituales con velas muestran el camino al
subconsciente y lo estimulan. Favorecen la meditación y nos permiten entrar en
contacto con nuestra luz interior.
Podemos interpretar la llama de una vela:
- Si la llama está muy pequeña o si la vela no quiere prender y se apaga, nos indica que nuestro nivel de energía es bajo, estamos decaídos, pesimistas o enfermos.
- Mientras que si la llama es fuerte, es una señal positiva, indica que tus deseos tienen tanta energía que podrás manifestarlos.
- Si la llama es débil, significa que hay muchas confrontaciones y bloqueos en tu vida.
- Por el contrario, si es demasiado grande, significa que las cosas no van bien, que hay envidias a nuestro alrededor.
- La llama debe ser suave y serena. Si se desplaza de un lado a otro o sube y baja en forma discontinua, muestra que hay confusión, que el entorno no es estable.
Las velas orientadas hacia el sur son utilizadas para el
éxito y para fomentar la paz y la tranquilidad. Las colocadas hacia el este son
empleadas para la armonía familiar y las energías curativas. Si se orientan al
norte, atraen buena energía en ámbitos profesionales. Y si se orientan al
oeste, para obtener éxito en los viajes.
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