Aprende a responder, no a reaccionar.
La mayoría de las veces, ante estímulos externos lo primero
que hacemos es reaccionar, sin pensar. Es una reacción automática debida a
miedos e inseguridades que albergamos en nuestro interior, en nuestro
subconsciente.
Esto es debido a que tenemos heridas aún abiertas a nivel
sentimental y emocional, por experiencias pasadas, o por creencias limitantes, y eso hace que saltemos como
un resorte ante determinadas situaciones que nos recuerdan a esos momentos
desagradables vividos o a esas creencias adquiridas.
Lo primero que tenemos que hacer, es hacernos
conscientes y responsables de esas emociones y darles sanación. Es entonces
cuando alcanzaremos ese nivel que nos permitirá responder en lugar de reaccionar.
Responder, por el contrario, consiste en observar la
situación y decidir cuál es la mejor acción a tomar, basada en nuestros valores:
la compasión, la bondad, el amor, etc.
¿Cómo podemos aprender a responder?:
- Presta mucha atención a cómo tu mente reacciona ante un estímulo externo.
- Después de esto, aplica una pausa, no actúes, solo respira.
- Déjalo ir.
- Observa como tu reacción va disminuyendo.
- Considera qué respuesta sería la más adecuada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario