A nivel general, se podría definir un jefe como la persona
que tiene autoridad o poder sobre un grupo para dirigir su trabajo o actividad.
Y un líder como una persona que encabeza y dirige un grupo.
El liderazgo no tiene que ver con la posición jerárquica,
sino con las habilidades que posee una persona para dirigir a un equipo de
trabajo.
Un buen líder posee una visión a largo plazo, es coherente
con sus convicciones porque vive aquello que predica, crece y hace crecer a la
gente, enseña, delega funciones y crea oportunidades para todos. Las
habilidades de un líder también se observan en la capacidad de autocontrol y la
toma de decisiones eficientes en momentos de crisis.
Un jefe debe poseer habilidades que apunten al lado
emocional, interpersonal y desenvolverse de manera efectiva con las
personas. Tiene que ser un guía para su
equipo, darle una motivación diaria para lograr los mejores resultados, y ser
un ejemplo de perseverancia y energía.
Hay una serie de diferencias que definen muy bien ambos
términos:
- Un jefe hace uso del “aquí mando yo”, mientras que un líder hace uso del “yo puedo ser útil aquí”.
- Un jefe impone su criterio, mientras que un líder convence y ejemplifica.
- Un jefe impone obediencia, creando miedo; mientras que un líder persigue que la motivación impregne a todos, generando confianza.
- Un jefe señala a quien ha cometido un error, mientras que un líder sabe entender los errores y calmadamente reorienta la situación.
- Un jefe conoce el funcionamiento de todo pero es receloso de compartir sus conocimientos por miedo a perder su puesto, mientras que un líder prepara a las personas para que puedan alcanzar todo su potencial.
- Un jefe se relaciona con su personal como si fuesen fichas de un tablero, mientras que un líder se interesa por las personas, por sus vidas e inquietudes.
- Un jefe espera a los colaboradores sentado en su sillón, mientras que un líder sale a darles la bienvenida.
- Un jefe defiende con uñas y dientes su posición de autoridad, mientras que un líder hace que la gente normal se sienta extraordinaria.
El secreto del éxito en un negocio, o en la vida en general,
es rodearse de líderes que nos ayuden a evolucionar, no de jefes que nos
estanquen y nos hagan sentir inferiores.
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