La ruda, es la planta de la transmutación y es conocida desde tiempos
inmemoriales. Goza de propiedades curativas y mágicas, y es considerada como una planta alquímica.
Es recomendada a la hora de conseguir la transformación
interior. Tiene una fuerte conexión con la Madre Tierra.
Se caracteriza por tener un intenso olor, lo cual parece ser
una especie de defensa para ocultar sus capacidades y mantener alejados a
quienes no la valoran.
En muchas culturas se le llama “planta sagrada” o “hierba de
gracia” ya que sirve para remediar muchas enfermedades del cuerpo, y también es
capaz de sanar las almas y sacar los malos espíritus del interior del cuerpo
poseído.
Tiene múltiples aplicaciones como: alivio de las molestias
estomacales tomando una infusión (advirtiendo que, no es apta
para las embarazadas), para el dolor de oídos aplicando unas gotas de la
esencia resultante de freír la planta con aceite de oliva, para aliviar los
trastornos menstruales, para el reúma y la artritis dando friegas en la parte afectada con el resultado de su
cocción, para combatir la fiebre, etc. Si se come en el caso de la mordedura de
una víbora, inhibe los efectos del
veneno. La planta ahuyenta la presencia de mosquitos.
Si se prepara una maceración de ruda en alcohol, o en aceite
de oliva, hay que dejarla al sol durante 9 días, y se recomienda hacerlo con la
luna en cuarto creciente.
Más sorprendente es el poder que tiene la ruda como elemento
protector contra las malas energías, espíritus y entes malignos. Sigue siendo
un ingrediente fundamental en la elaboración de bolsitas-amuletos. Colocar ruda
en puertas y ventanas también ahuyenta presencias indeseables. Y para eliminar la energía negativa o con
fines desinfectantes, basta con quemar ruda seca o encender un incienso de ruda
y pasarlo por cada rincón de la vivienda.
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